18.8.06

El Viaje por la ruta 39

El viaje por la ruta 39

Mi padre era camionero y me contó que en uno de sus viajes por la ruta 39 en una noche fría, vio una figura humana que cruzaba la ruta, cuando se acercó, pudo ver que era un hombre desnudo que lo saludaba. Sorprendido mi padre paró en la siguiente estación de servicio pensando que el cansancio había hecho que su imaginación le hiciera ver cosas en la ruta.
Se lavó la cara, se tomó un Juan Espil, (que es una bebida energizante de camioneros… muy antigua, y sabrosa) y emprendió su viaje nuevamente.
A los pocos kilómetros, un automóvil le hace señas de luces desde atrás y como buen camionero, mi padre le hace señas con el guiño para que lo pase. Al mirar por el espejo retrovisor ve una sola luz y no dos como seria de un automóvil, el piensa que es una motocicleta el vehículo que lo va a sobrepasar y cuando lo esta sobrepasando ve por su ventanilla hacia la izquierda y se da cuenta que es un joven desnudo corriendo con una linterna al lado de él. Mira hacia el frente, su corazón palpitaba muy rápidamente, y piensa: esto no puede ser real… no no…
Observa de nuevo a este sujeto y se da cuenta que lo conoce, era un viejo amigo del secundario que se llamaba SANTIAGO ARIEL SEMINARA (el loco de la linterna. así le decían de chico… ) el iba corriendo desnudo al lado del camión de mi papa.
Santiago logra reconocer a mi padre y entre medio de la velocidad le susurra: frenate Ismael… vamos a tomar un porrón.
Mi padre frena y se da cuenta que no estaba en bolas, si no que tenia puesto un traje de neopren color piel, color piel de Seminara, que no es cualquier color… si no es un color avioletisado.
Se sientan a tomar un porrón, mi padre todavía conmocionado le pregunta: y siempre haces estas cosas Santi??
Y Santiago le dice con voz ronca: Si soy campeón olímpico de corridas en ruta con este tipo de trajes… entreno por las noches, ya que de día no se ve la luz de mi linterna y ese me preocupa, porque corro muchos riesgos de que me atrapen.

Mi padre me contó esta historia y yo no le creí hasta que un día paseando por la ruta 39 una sola luz me hizo seña desde atrás, y al instante me tocaron el vidrio y yo ví un señor como de 70 años barbado… con una linterna en su mano… que me susurra con voz ronca: Vos, no sos el hijo de Ismael??

No hay comentarios.: